El viaje a Potosí fue muy entretenido, como les comenté las carreteras están perfectas por lo que solo nos relajamos y disfrutamos del paisaje que aunque de vez en cuando se ponía frío y con algunos nubarrones no nos dieron mayor problema.
Ahora que lo he estado pensando desde La Quiaca estábamos sobre los 3.000 metros e increíblemente en todo el viaje no tuve el más mínimo problema con la altura, de la cual conozco muy bien sus efectos adversos ya que he hecho mucho montañismo y mi límite confortable siempre habían sido los 4200 m.
En el camino paramos a comer a un pequeño restoran donde un señor muy amable nos acompaño dándonos una interesante charla respecto a lo que nos encontraríamos en Potosí.
El amigo realmente sabía muy bien lo que veríamos y su amena charla nos describió a la perfección la historia de la Casa de Moneda y la importancia que tuvo en la economía de la Corona Española ya que en esta zona estaba ubicada la Mina de plata del Cerro Rico
La verdad es que no había caído en cuenta de que esta mina estaba en Potosí a pesar de que siempre la había querido conocer y aunque me daba mucho respeto la altura nunca me imaginé que mi viaje me llevaría al lugar que siempre me había parecido tan interesante y terrible a la vez.
Les dejo un vídeo que vi hace años el cual honestamente me había hecho estremecer.
https://www.youtube.com/watch?v=Eys586Z ... rlosArielC.
Como me había pasado hasta el momento al llegar a los Pies del Cerro Rico justo en la entrada de Potosí la que se encuentra a 4300 m de altura sobre el Nivel del Mar, el pavimento nuevamente estaba destruido y como la salida de la mina junto con sus grandes camiones que accedía a la carretera esta estaba llena de barro, baches y desvíos.
Mientras trataba de no caerme comenzaron a caer granizos y unos terribles truenos comenzaron a estremecer todo al rededor.
Una lluvia espantosa se desató la que con la pendiente y el barro se trasformó rápidamente en un río lodoso.
Sinceramente estaba asustadícimo ya que con la moto así de cargada y en la vorágine de tráfico, calles calles desconocidas solo atinaba a ir bajando con el agua, solo esperando un terreno plano para parar a capear el aguacero.
La tormenta tan rápido como llegó se fue y con ella entramos a un Potosí tumultuoso, amable y sumamente cautivante, con comercio callejero, arquitecturas hispánicas y por sobre todo calles empinadas.
Esta ciudad merece un recorrido, sobretodo no iba a dejar ir la oportunidad de conocer la mina, por lo que con un módico precio de 60 bolivianos podías contratar un tour.
Verdaderamente lo disfruté, en mis años mozos cuando estaba recién egresado de la universidad trabajé en una compañía minera, yo era el topógrafo de las minas de oro las cuales eran minas artesanales las cuales estaban siendo explotadas por la empresa. Estas tenían pequeños túneles similares a el Cerro Rico en las cuales se seguían las vetas de oro dejando el cerro igual que una manzana comida por un gusano.
De más está contarles que el guía quien era un minero que en sus ratos libres hacía estas excursiones nos llenó de historias, mitos y leyendas del santo patrono de la mina, el temido y respetado Tío...
Desgraciadamente no pudimos recorrer la Casa de la Moneda ya que como estaba acompañado de la Mili no me dejaron entrar, eso si tal como me había contado el amigo del restorán pude acuñar una moneda de plata la que atesoraré en mi casa de Santiago.
