Shazzbat escribió:Hay deportes en los que pueden competir hombres y mujeres juntos, pero en otros no, por simple limitación física y sin entrar en la actuación de las hormonas, también muy natural, por cierto.
En deportes de motor no hay esa diferencia física, o no la hay de forma tan acusada como en otros deportes. Creo que una mujer podría competir perfectamente contra un hombre, y ahí tenemos a Jutta Kleinschmidt ganando el Dakar o a Michelle Mouton a puntito de ganar el Mundial de Rallyes en su momento. ¿Ganará alguna vez Eulalia Sanz el Dakar actual? No lo veo imposible siempre que no tenga demasiados problemas que la obliguen a usar la fuerza, porque una cosa es sacar la moto una vez o dos de un barrizal y otra que lo tenga que hacer repetidas veces y termine agotándola.
Porque nos guste o no hombres y mujeres no somos iguales. No veo yo ni siquiera a Serena Williams aguantándole cinco sets a Nadal o a Murray, por ejemplo, o a Elaine Thompson compitiendo de tú a tú contra Usain Bolt. Hacer competiciones conjuntas significaría que las mujeres no volverían a ganar una medalla nunca.
Esto no es machismo ni nada; es una simple cuestión biológica. Lo que sí afirmo es que llevar la igualdad por decreto a los terrenos donde la Naturaleza lo niega solo lleva al ridículo y al absurdo.
Pues eso, en ciertos deportes donde la fuerza física juegue un papel menos relevante sí sería posible, y hasta diría recomendable, pero según aumenta la necesidad física, ya sea en fuerza o en resistencia no serían competiciones igualadas y justas.
Regz
No se puede expresar mejor.
Pero incluso en los deportes en los que la fuerza física es relevante, se podrían dar situaciones de discriminación si seguimos llevando las cosas al absurdo si nos lo proponemos. Al igual que en boxeo hay categorías según peso, mucha gente bajita dirá que a ver por qué no hay categorías distintas para deportes como el baloncesto, por ejemplo, con limitación de altura para los jugadores... o a ver si es que los bajitos no tienen derecho a jugar al baloncesto. O partidos de waterpolo en piscinas que no cubran para los que no sepan nadar. Y así hasta el infinito. Y más allá.