Esa cara me suena...
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#857
Vaya!, yo también he estado de puente.
Siento la tardanza.
Ahí va una señora interesante

Edito: una pistiki
La autora de la imagen es una fotógrafa americana de quien se dice que fue pareja de la retratada.
Siento la tardanza.
Ahí va una señora interesante

Edito: una pistiki
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Socio Mutua motera nº 9792
- naryldor
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#859
Es Susan Sontag (1933 - 2004)
"If literature has engaged me as a project, first as a reader and then as a writer, it is as an extension of my sympathies to other selves, other domains, other dreams, other words, other territories of concern."
"Si la literatura me ha atraido como proyecto, primero como lectora y después como escritora, es porque es una extensión de mis simpatías hacia otros seres, otros dominios, otros sueños, otros mundos, otros campos en los que implicarse."
Esta gran mujer, recordada entre otra cosas, y como se adivina por la pista, por su bisexualidad, es recordada también por muchas otras cosas más notorias, para empezar, y es la que nos toca más de cerca, ganó el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003, poco antes de que un cancer ya muy avanzado acabase con su vida a la edad de 71 años.
Esta polifacética mujer fue aclamada tanto por sus novelas de ficción como por sus ensayos, aunque quizá por estos últimos es por lo que más es reconocida.
Se la recuerda también por su visceral e incondicional defensa y apoyo a Salman Rushdie, autor de Versos Satánicos, cuando fue condenado a muerte y perseguido por el totalitario regimén de los Ayatolah y el islamismo radical, un apoyo que pronto secundarían la inmensa mayoría de los escritores norteamericanos. Se la recuerda también por producir y dirigir una obra de teatro en pleno sitio a Sarajevo, llegando a vivir varios meses en la capital Serbia durante aquel infierno, la obra se tituló "Esperando a Godot" y se estuvo representando durante los 4 años que duró el sitio.
"If literature has engaged me as a project, first as a reader and then as a writer, it is as an extension of my sympathies to other selves, other domains, other dreams, other words, other territories of concern."
"Si la literatura me ha atraido como proyecto, primero como lectora y después como escritora, es porque es una extensión de mis simpatías hacia otros seres, otros dominios, otros sueños, otros mundos, otros campos en los que implicarse."
Esta gran mujer, recordada entre otra cosas, y como se adivina por la pista, por su bisexualidad, es recordada también por muchas otras cosas más notorias, para empezar, y es la que nos toca más de cerca, ganó el premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003, poco antes de que un cancer ya muy avanzado acabase con su vida a la edad de 71 años.
Esta polifacética mujer fue aclamada tanto por sus novelas de ficción como por sus ensayos, aunque quizá por estos últimos es por lo que más es reconocida.
Se la recuerda también por su visceral e incondicional defensa y apoyo a Salman Rushdie, autor de Versos Satánicos, cuando fue condenado a muerte y perseguido por el totalitario regimén de los Ayatolah y el islamismo radical, un apoyo que pronto secundarían la inmensa mayoría de los escritores norteamericanos. Se la recuerda también por producir y dirigir una obra de teatro en pleno sitio a Sarajevo, llegando a vivir varios meses en la capital Serbia durante aquel infierno, la obra se tituló "Esperando a Godot" y se estuvo representando durante los 4 años que duró el sitio.
Javi (aka Naryldor)
"La cosa más bella que podemos experimentar es el misterio. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos"
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#864
Juan de la Cierva y Codorníu nacio en 1895 y murio en el año 1936. Descendía de una notable familia española: su padre fue abogado y estadista. Estudió ingeniería y ocupó en dos ocasiones un escaño en las Cortes (Parlamento), en 1919 y en 1922.
Su gran interés por la aeronáutica hizo que, incluso cuando estaba estudiando ingeniería en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en Madrid, continuara con sus estudios sobre aeronáutica en su tiempo libre siguiendo los trabajos de F. W. Lanchester y N. Jonkowski.
A partir de 1916 se dedicó a realizar proyectos y a construir planeadores y aviones de ala fija; sin embargo, en 1919 un biplano experimental trimotor diseñado por él se estrelló.
Como consecuencia de este accidente, De la Cierva decidió cambiar los diseños de aviones de ala fija por los de alas giratorias.
Sus tres primeros prototipos fracasaron porque los rotores estaban fijos de forma rígida al cubo central. Sin embargo, articulándolos libremente consiguió la suficiente fuerza de sustentación para que la máquina volara.
El primer autogiro se elevó aproximadamente 200 m en enero de 1923, y realizó tres vuelos sucesivos, uno de ellos de 4 Km. aproximadamente.
Después de diversas investigaciones y mejoras, en 1925 De la Cierva se trasladó a Gran Bretaña para continuar con su trabajo, y allí pronto pudo crear una compañía comercial: la Cierva Autogiro Company.
Fundó también otra compañía para el desarrollo del autogiro en Estados Unidos, e hizo demostraciones de su aparato en Francia, Italia y Alemania.
« Enric Bernat: el inventor del Chupa-chupsVehículos con biomasa en Japón »Juan de La Cierva: inventor del autogiro
Ingeniero español e inventor del autogiro, precursor del helicóptero.
Juan de la Cierva y Codorníu nacio en 1895 y murio en el año 1936. Descendía de una notable familia española: su padre fue abogado y estadista. Estudió ingeniería y ocupó en dos ocasiones un escaño en las Cortes (Parlamento), en 1919 y en 1922.
Su gran interés por la aeronáutica hizo que, incluso cuando estaba estudiando ingeniería en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en Madrid, continuara con sus estudios sobre aeronáutica en su tiempo libre siguiendo los trabajos de F. W. Lanchester y N. Jonkowski.
A partir de 1916 se dedicó a realizar proyectos y a construir planeadores y aviones de ala fija; sin embargo, en 1919 un biplano experimental trimotor diseñado por él se estrelló.
Como consecuencia de este accidente, De la Cierva decidió cambiar los diseños de aviones de ala fija por los de alas giratorias.
Sus tres primeros prototipos fracasaron porque los rotores estaban fijos de forma rígida al cubo central. Sin embargo, articulándolos libremente consiguió la suficiente fuerza de sustentación para que la máquina volara.
El primer autogiro se elevó aproximadamente 200 m en enero de 1923, y realizó tres vuelos sucesivos, uno de ellos de 4 Km. aproximadamente.
Después de diversas investigaciones y mejoras, en 1925 De la Cierva se trasladó a Gran Bretaña para continuar con su trabajo, y allí pronto pudo crear una compañía comercial: la Cierva Autogiro Company.
Fundó también otra compañía para el desarrollo del autogiro en Estados Unidos, e hizo demostraciones de su aparato en Francia, Italia y Alemania.
De la Cierva continuó desarrollando sus diseños, haciendo volar un autogiro a través del Canal de la Mancha en 1928, y desde Inglaterra a España en 1934. Sin embargo, no vivió lo suficiente para ver su autogiro convertido en helicóptero.
En 1936 volvió a Gran Bretaña y murió en un vuelo de rutina al estrellarse el avión de pasajeros en que viajaba en el aeropuerto de Croydon, cerca de Londres, en 1936.
Su gran interés por la aeronáutica hizo que, incluso cuando estaba estudiando ingeniería en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en Madrid, continuara con sus estudios sobre aeronáutica en su tiempo libre siguiendo los trabajos de F. W. Lanchester y N. Jonkowski.
A partir de 1916 se dedicó a realizar proyectos y a construir planeadores y aviones de ala fija; sin embargo, en 1919 un biplano experimental trimotor diseñado por él se estrelló.
Como consecuencia de este accidente, De la Cierva decidió cambiar los diseños de aviones de ala fija por los de alas giratorias.
Sus tres primeros prototipos fracasaron porque los rotores estaban fijos de forma rígida al cubo central. Sin embargo, articulándolos libremente consiguió la suficiente fuerza de sustentación para que la máquina volara.
El primer autogiro se elevó aproximadamente 200 m en enero de 1923, y realizó tres vuelos sucesivos, uno de ellos de 4 Km. aproximadamente.
Después de diversas investigaciones y mejoras, en 1925 De la Cierva se trasladó a Gran Bretaña para continuar con su trabajo, y allí pronto pudo crear una compañía comercial: la Cierva Autogiro Company.
Fundó también otra compañía para el desarrollo del autogiro en Estados Unidos, e hizo demostraciones de su aparato en Francia, Italia y Alemania.
« Enric Bernat: el inventor del Chupa-chupsVehículos con biomasa en Japón »Juan de La Cierva: inventor del autogiro
Ingeniero español e inventor del autogiro, precursor del helicóptero.
Juan de la Cierva y Codorníu nacio en 1895 y murio en el año 1936. Descendía de una notable familia española: su padre fue abogado y estadista. Estudió ingeniería y ocupó en dos ocasiones un escaño en las Cortes (Parlamento), en 1919 y en 1922.
Su gran interés por la aeronáutica hizo que, incluso cuando estaba estudiando ingeniería en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en Madrid, continuara con sus estudios sobre aeronáutica en su tiempo libre siguiendo los trabajos de F. W. Lanchester y N. Jonkowski.
A partir de 1916 se dedicó a realizar proyectos y a construir planeadores y aviones de ala fija; sin embargo, en 1919 un biplano experimental trimotor diseñado por él se estrelló.
Como consecuencia de este accidente, De la Cierva decidió cambiar los diseños de aviones de ala fija por los de alas giratorias.
Sus tres primeros prototipos fracasaron porque los rotores estaban fijos de forma rígida al cubo central. Sin embargo, articulándolos libremente consiguió la suficiente fuerza de sustentación para que la máquina volara.
El primer autogiro se elevó aproximadamente 200 m en enero de 1923, y realizó tres vuelos sucesivos, uno de ellos de 4 Km. aproximadamente.
Después de diversas investigaciones y mejoras, en 1925 De la Cierva se trasladó a Gran Bretaña para continuar con su trabajo, y allí pronto pudo crear una compañía comercial: la Cierva Autogiro Company.
Fundó también otra compañía para el desarrollo del autogiro en Estados Unidos, e hizo demostraciones de su aparato en Francia, Italia y Alemania.
De la Cierva continuó desarrollando sus diseños, haciendo volar un autogiro a través del Canal de la Mancha en 1928, y desde Inglaterra a España en 1934. Sin embargo, no vivió lo suficiente para ver su autogiro convertido en helicóptero.
En 1936 volvió a Gran Bretaña y murió en un vuelo de rutina al estrellarse el avión de pasajeros en que viajaba en el aeropuerto de Croydon, cerca de Londres, en 1936.
- naryldor
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#865
Nunca había sido más apropiado el perrito piloto para el acertante que con este personaje 
Te toca :ch)

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Javi (aka Naryldor)
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#868
Ah... otra malagueña....
Victoria Kent Siano (Málaga, España, 6 de marzo de 1898 - Nueva York, Estados Unidos, 25 de septiembre de 1987), abogada y política republicana española.
Biografía
Vivió en Málaga hasta 1917, año en que marchó a Madrid a estudiar el Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros, instalándose en la Residencia de Señoritas. En 1920 ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad Central (actual Universidad Complutense de Madrid), donde cursa la carrera como alumna no oficial hasta su licenciatura en junio de 1924.
Se colegia en enero de 1925 y, aunque no tenía demasiado interés en ejercer la profesión ante los tribunales, no tardó en tener su primera intervención como abogada defensora. Se hizo famosa en 1930 defendiendo ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a Álvaro de Albornoz, miembro del Comité Revolucionario Republicano, detenido y procesado junto con los que después formaron el Gobierno provisional de la República, a raíz de la sublevación de Jaca. Fue la primera mujer en el mundo en intervenir ante un consejo de guerra, consiguiendo la absolución de su defendido.
Afiliada al Partido Radical Socialista, fue elegida en 1931 diputada de las Cortes Constituyentes por Madrid y designada personalmente por Alcalá-Zamora Directora General de Prisiones, cargo que desempeñó con el objetivo de conseguir la rehabilitación de los presos, y que ocuparía hasta 1934.
Su mandato al frente de las prisiones españolas fue muy significativo. Continuando con la labor emprendida en el siglo pasado por la precursora Concepción Arenal, se dedicó intensamente a la reforma de las cárceles españolas, bajo el criterio de que las sociedades están obligadas a recuperar al delincuente como persona activa, y que las cárceles son el instrumento para ello. Siguiendo estas directrices, ordenó la mejora de la alimentación de los reclusos, permitió la libertad de culto en las prisiones, estableció los permisos por razones familiares, cerró 114 centros penitenciarios por estar en pésimas condiciones, ordenó construir la nueva cárcel de mujeres de las Ventas, en Madrid, en la que no existían celdas de castigo, y creó el Cuerpo Femenino de Prisiones, para las cárceles de mujeres, y el Instituto de Estudios Penales, cuya dirección encomienda a su maestro Jimenéz de Asúa.
Sus medidas al frente de la Dirección General de Prisiones le dieron una gran popularidad, llegando su nombre a aparecer en un conocidísimo chotis, parte de una revista frívola Las Leandras, que canta la popular Celia Gámez: Se lo pues decir / a Victoria Kent /, que lo que es a mí / no ha nacido quién.
Con motivo de las discusiones para conseguir el sufragio femenino, se posicionó en contra de otorgar de forma inmediata el voto a las mujeres. Su opinión era que la mujer española carecía en aquel momento de la suficiente preparación social y política como para votar responsablemente, por lo que, por influencia de la Iglesia, su voto sería conservador, lo que perjudicaría a los partidos de izquierdas. Sostuvo una polémica al respecto con otra representante feminista en las cortes, Clara Campoamor. Esto le acarreó cierta impopularidad, no obteniendo acta de diputada en las elecciones del 19 de noviembre de 1933. Al año siguiente abandonó la Dirección General de Prisiones.
En las elecciones del 16 de febrero de 1936, Victoria Kent fue elegida diputada por Madrid, en las listas de Izquierda Republicana, que formaba parte del Frente Popular. Durante la guerra civil, se hizo cargo de la creación de refugios para niños y de las guarderías infantiles. El gobierno de la República la envió a Francia como Primera Secretaria de la Embajada de España en París, para que se encargara de las evacuaciones de los niños. Permaneció en Francia hasta el final de la guerra, a cuyo término colaboró en la salida de los refugiados españoles hacia América. Sin embargo, no pudo seguir el mismo camino y fue sorprendida por la invasión nazi. Al ser ocupado París por el ejército alemán el 14 de junio de 1940, Victoria Kent se refugió en la Embajada de México, donde permaneció refugiada durante un año, al estar su nombre en la lista negra entregada por la policía franquista al gobierno colaboracionista de Vichy, la Cruz Roja le proporcionó un apartamento cerca del Bois de Boulogne, donde vivió hasta la liberación con una identidad falsa: la de madame Duval.
En 1948 marchó a México, donde dio clases de Derecho Penal en la Universidad, fundando la Escuela de Capacitación para el personal de prisiones, de la que fue directora durante dos años. Llamada por Naciones Unidas, en 1949 viajó a Nueva York para colaborar en la Sección de Defensa Social, con el encargo de estudiar el lamentable estado de las cárceles de América Latina, cargo que abandonó poco después por ser excesivamente burocrático. En Nueva York fundó y dirigió la revista Ibérica desde 1954 a 1974, en la que publicaba las noticias llegadas desde España para los exiliados españoles en Estados Unidos. Aunque viajó a España en 1977, volvió a Nueva York, donde pasó el resto de sus días hasta su muerte en 1987.

Victoria Kent Siano (Málaga, España, 6 de marzo de 1898 - Nueva York, Estados Unidos, 25 de septiembre de 1987), abogada y política republicana española.
Biografía
Vivió en Málaga hasta 1917, año en que marchó a Madrid a estudiar el Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros, instalándose en la Residencia de Señoritas. En 1920 ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad Central (actual Universidad Complutense de Madrid), donde cursa la carrera como alumna no oficial hasta su licenciatura en junio de 1924.
Se colegia en enero de 1925 y, aunque no tenía demasiado interés en ejercer la profesión ante los tribunales, no tardó en tener su primera intervención como abogada defensora. Se hizo famosa en 1930 defendiendo ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a Álvaro de Albornoz, miembro del Comité Revolucionario Republicano, detenido y procesado junto con los que después formaron el Gobierno provisional de la República, a raíz de la sublevación de Jaca. Fue la primera mujer en el mundo en intervenir ante un consejo de guerra, consiguiendo la absolución de su defendido.
Afiliada al Partido Radical Socialista, fue elegida en 1931 diputada de las Cortes Constituyentes por Madrid y designada personalmente por Alcalá-Zamora Directora General de Prisiones, cargo que desempeñó con el objetivo de conseguir la rehabilitación de los presos, y que ocuparía hasta 1934.
Su mandato al frente de las prisiones españolas fue muy significativo. Continuando con la labor emprendida en el siglo pasado por la precursora Concepción Arenal, se dedicó intensamente a la reforma de las cárceles españolas, bajo el criterio de que las sociedades están obligadas a recuperar al delincuente como persona activa, y que las cárceles son el instrumento para ello. Siguiendo estas directrices, ordenó la mejora de la alimentación de los reclusos, permitió la libertad de culto en las prisiones, estableció los permisos por razones familiares, cerró 114 centros penitenciarios por estar en pésimas condiciones, ordenó construir la nueva cárcel de mujeres de las Ventas, en Madrid, en la que no existían celdas de castigo, y creó el Cuerpo Femenino de Prisiones, para las cárceles de mujeres, y el Instituto de Estudios Penales, cuya dirección encomienda a su maestro Jimenéz de Asúa.
Sus medidas al frente de la Dirección General de Prisiones le dieron una gran popularidad, llegando su nombre a aparecer en un conocidísimo chotis, parte de una revista frívola Las Leandras, que canta la popular Celia Gámez: Se lo pues decir / a Victoria Kent /, que lo que es a mí / no ha nacido quién.
Con motivo de las discusiones para conseguir el sufragio femenino, se posicionó en contra de otorgar de forma inmediata el voto a las mujeres. Su opinión era que la mujer española carecía en aquel momento de la suficiente preparación social y política como para votar responsablemente, por lo que, por influencia de la Iglesia, su voto sería conservador, lo que perjudicaría a los partidos de izquierdas. Sostuvo una polémica al respecto con otra representante feminista en las cortes, Clara Campoamor. Esto le acarreó cierta impopularidad, no obteniendo acta de diputada en las elecciones del 19 de noviembre de 1933. Al año siguiente abandonó la Dirección General de Prisiones.
En las elecciones del 16 de febrero de 1936, Victoria Kent fue elegida diputada por Madrid, en las listas de Izquierda Republicana, que formaba parte del Frente Popular. Durante la guerra civil, se hizo cargo de la creación de refugios para niños y de las guarderías infantiles. El gobierno de la República la envió a Francia como Primera Secretaria de la Embajada de España en París, para que se encargara de las evacuaciones de los niños. Permaneció en Francia hasta el final de la guerra, a cuyo término colaboró en la salida de los refugiados españoles hacia América. Sin embargo, no pudo seguir el mismo camino y fue sorprendida por la invasión nazi. Al ser ocupado París por el ejército alemán el 14 de junio de 1940, Victoria Kent se refugió en la Embajada de México, donde permaneció refugiada durante un año, al estar su nombre en la lista negra entregada por la policía franquista al gobierno colaboracionista de Vichy, la Cruz Roja le proporcionó un apartamento cerca del Bois de Boulogne, donde vivió hasta la liberación con una identidad falsa: la de madame Duval.
En 1948 marchó a México, donde dio clases de Derecho Penal en la Universidad, fundando la Escuela de Capacitación para el personal de prisiones, de la que fue directora durante dos años. Llamada por Naciones Unidas, en 1949 viajó a Nueva York para colaborar en la Sección de Defensa Social, con el encargo de estudiar el lamentable estado de las cárceles de América Latina, cargo que abandonó poco después por ser excesivamente burocrático. En Nueva York fundó y dirigió la revista Ibérica desde 1954 a 1974, en la que publicaba las noticias llegadas desde España para los exiliados españoles en Estados Unidos. Aunque viajó a España en 1977, volvió a Nueva York, donde pasó el resto de sus días hasta su muerte en 1987.
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#872
"Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto."
Cosme Damián Churruca y Elorza (Motrico, España; 27 de septiembre de 1761 - Batalla de Trafalgar, 21 de octubre de 1805), científico y marino español, alcalde de Motrico.
Datos biográficos y familiares
Cuarto hijo del matrimonio formado por Don Francisco de Churruca e Iriondo, Alcalde de Motrico y Doña María Teresa de Elorza e Iturriza, y hermano menor de Julián Baldomero Churruca, héroe de la Guerra de la Independencia. Nació en la casa solariega construida años antes por Antonio de Gaztañeta, pariente suyo, cuyos recuerdos náuticos despertaron tempranamente la vocación de Cosme de Churruca por el mar.
Cursó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de Burgos, pensando en un primer momento en ordenarse sacerdote, idea que descartaría por la presencia de un joven oficial de Marina, sobrino del arzobispo de Burgos. Bastó ese contacto para que se despertara en él su pasión por la mar. A continuación ingresó en la Escuela de Vergara, que poco más tarde daría origen al Real Seminario de Vergara y que fue fundado por la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, de la que sería miembro hasta su muerte.
Casó en 1805, unos meses antes de su muerte, con doña María Dolores Ruíz de Apodaca, sobrina de Juan Ruíz de Apodaca, futuro Virrey de México y Capitán General de la Armada española.
Vida científica y militar
Concluidos sus estudios, volvió a casa de sus padres en solicitud de su venia para emprender la vida del marino. El 15 de junio de 1776 ingresó en la Academia de Cádiz como guardiamarina, a la temprana edad de quince años, graduándose en la Academia de Ferrol en 1778, donde había adquirido ya fama como astrónomo y estudioso de geografía. Su ascenso a alférez de fragata fue el premio sus brillantes estudios, sobresaliendo entre todos sus compañeros.
En el mes de octubre del año 1778 pone el pie por primera vez sobre la cubierta de un navío, el "San Vicente", al mando del bailío don Francisco Gil y Lemus. Esta primera campaña, muy borrascosa, puso en evidencia el arrojo de Churruca frente a los peligros y su aptitud para aminorar los riesgos mediante el estudio de las maniobras. Al ser relevado el general Arce, que estaba al mando de la escuadra, fue sustituido por el teniente general Ponce de León, quién lo escogió como ayudante personal y a sus directas órdenes. Tuvo su primera misión militar en el asedio a la Gran Bretaña por parte de la escuadra combinada franco-española situada en Brest.
Posteriormente estuvo en el asedio de Gibraltar de 1781, pasando el 13 de diciembre de 1781 a bordo de la fragata Santa Bárbara, comandada por Don Ignacio de Álava. En este sitio se distinguió del modo más brillante, acudiendo intrépido a apagar el incendio de las flotantes, por el empleo de los británicos de las balas rojas y llevando socorro, con el bote de la fragata, a las tripulaciones de los buques incendiados, entre un diluvio de metralla que despedían las baterías de la plaza y las explosiones no menos peligrosas de la baterías que ardían.
Al terminar la guerra en 1783, la fragata "Santa Bárbara", fue enviada a Montevideo, pero él guiado de su instinto, vigilaba la derrota al detalle, pudiendo advertir a tiempo un grave error en los cálculos del piloto, por lo que reaccionando a tiempo evitó el naufragio del buque. Cuando la paz firmada en el año de 1783 suspendió la lucha, acudió al estudio que forma al marino. Solicitó y obtuvo el ingreso en la academia de Ferrol, para cursar estudios de Matemáticas, en 1783. Para poder admitirle, a pesar de no haber vacantes, se le añadió el cargo de ayudante de guardiamarinas.
Al año siguiente sustituía a los profesores de varias clases y siguiendo en esa vida laboriosa, en 1787 dio el primer ejemplo de un examen público en las aulas de la institución sobre matemáticas, mecánica y astronomía, granjeándose la admiración del numeroso auditorio.
Habiendo determinado el gobierno que, el capitán de navío don Antonio de Córdoba continuase sus exploraciones del estrecho de Magallanes, en 1788, éste pidió a don Cosme, ya teniente de navío, que le acompañase, formando la expedición los paquebotes "Santa Casilda" y "Santa Eulalia", quedando Churruca encargado de la parte astronómica y geográfica.
Junto con su compañero de armas y estudios Ciriaco Ceballos, hizo un trabajo completo de reconocimiento del estrecho en dirección al océano Pacífico, descubriendo una ruta alternativa al Estrecho, así como una ensenada que lleva su nombre. Escribió un importantísimo trabajo sobre el viaje y paso del estrecho titulado Apéndice al Primer Viaje de Magallanes, dado a la luz en Madrid en 1795. Grandes fueron los peligros, incesantes las penalidades de aquellas investigaciones, en mares en que reina casi de continuo el vendaval. Estas penalidades acabaron con su salud, y cayó gravemente enfermo, sintiendo amagos de escorbuto, que por fortuna no fueron a más.
En 1789 es agregado al Observatorio de la Marina en San Fernando; si bien aún convaleciente, se entrega a estudios que no contribuían de seguro a su restablecimiento. Al año es llamado a ser ayudante del mayor general de la escuadra al mando del marqués del Socorro; hace la campaña y vuelve a su puesto. La continua tensión de sus incansables trabajos intelectuales, acababa con una salud nunca bien restablecida; hubo que pensar seriamente en un descanso indispensable.
En el año de 1791, convencido por sus amigos, pasó a respirar el aire balsámico de las montañas de Guipúzcoa y consiguió el completo restablecimiento de su quebrantada salud. Tras un breve espacio de tiempo en su Motrico natal, es llamado por Don José de Mazarredo para, como capitán de fragata, dirigir una expedición geográfica a América del Sur (1792-95), formada por dos secciones, una de las cuales debía recorrer las islas y costas del golfo mejicano y la otra el resto de las del continente, con el fin de formar el atlas marítimo de la América septentrional.
Se embarcó en Cádiz el 17 de junio de 1792 y dio la vela en ese día con su grupo, compuesto de los bergantines "Descubridor" y "Vigilante". Dos años y cuatro meses duró la expedición, contrariada por todos los incidentes ordinarios, a los cuales vino a sumarse la guerra marítima con la República Francesa. Levantó cartas de las Antillas y de las islas de Sotavento, y defendió las posesiones españolas en el Caribe en la batalla de Martinica, así como las rutas del comercio de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, de la que era socio partícipe. Tan dura campaña no se realizó sin grave menoscabo de su salud, poco robusta. Se embarcó en La Habana y regresó a España en el navío "Conquistador", el mando del cual se le dio al llegar a Cádiz junto con su ascenso a capitán de navío (1798). El navío se hallaba en el más lastimoso estado, tanto con respecto al armamento como a su tripulación, pero en poco tiempo hizo del navío a su mando un modelo en todos los sentidos.
Su mala salud no le permitió concluir la historia de su expedición y esa misma causa hizo postergar la publicación de las treinta y cuatro cartas esféricas y mapas geométricos y ésta es la hora en que no se han publicado todavía, más que una pequeña parte de ellas. Hata 1802 no publicó la carta esférica de las Antillas, y la particular geométrica de Puerto Rico salió poco después.
De nuevo en Cádiz, se le confía el mando del "Conquistador" para defender las posiciones de los aliados franceses en el Canal de la Mancha. Pasó con el navío y la escuadra de que formaba parte, de Cádiz a Brest, donde fondeó el 9 de agosto de 1799. Allí escribió una instrucción militar, que imprimió y repartió a sus compañeros; sirvió admirablemente a su propósito de establecer en la Armada una más completa y severa disciplina.
Siempre ocupado por mejorar cuanto se relacionara con la Marina, empleó su permanencia en Brest perfeccionando y simplificando las maniobras de atraque y carenado; cuando recibió del gobierno el encargo de ir a París con una misión científica. El primer cónsul Bonaparte, para quien todo mérito sobresaliente era un atractivo, conocía la fama del sabio español, quiso verle y le acogió con las mayores demostraciones de aprecio.
Su estancia en la capital francesa debió dejar en el alma de Churruca recuerdos muy gratos; para que nada le faltase, habiéndose publicado en Madrid por aquellos tiempos su carta esférica de las Antillas, adoptada por el gobierno francés junto con las demás que publicó, mando el gobierno presentar un ejemplar a Churruca por el conducto del prefecto marítimo, como un regalo y un homenaje rendido a su saber. Añadió el primer cónsul un sable de honor, la prenda de respeto más estimble.
Si a estas demostraciones honoríficas añadimos la distinción pública que le dispensó el general Gravina, comandante de la escuadra, saliendo a recibir al comandante del "Conquistador", cuando regresó desde París a Brest, acto público que decía a toda la población el alto aprecio en que el general en jefe tenía a uno de sus subordinados, parecía que nada faltaba para la completa satisfacción de éste. Sin embargo, hecha la paz, el gobierno español hubo de ceder a Francia seis navíos de línea, entre ellos el "Conquistador", cesión que Churruca desaprobaba sin rebozo.
Separado de su navío, volvió a Cádiz como pasajero en el navío "Concepción"; llegó el 25 de mayo de 1802. Obtuvo una licencia para descansar de sus laboriosas tareas, y aprovechó ésta repartiendo su tiempo entre dar una vuelta por su pueblo y un viaje al mediodía francés. En Motrico de hacerse cargo de la administración de la villa tras la muerte de su padre.
En noviembre de 1803 se le dio el mando del navío Príncipe de Asturias. Los cuidados del mando y de la organización de su navío no fueron obstáculo para que revisase, en compañía de don Antonio Escaño, el Diccionario de Marina. El gobierno le encargó también de hacer experiencias de puntería; como resultado redactó un tratado de puntería para la Armada, que en España y en el extranjero ha servido mucho tiempo de guía.
Apenas había acabado de reorganizar el Principe cuando pidió el mando del navío San Juan Nepomuceno, carenado de nuevo. El gobierno accedió a la demanda, añadiendo a la concesión la facultad de arreglar el repartimiento interior y su armamento sin sujeción a reglamento alguno. A bordo de este navío participaría en la Batalla de Trafalgar, donde moriría y alcanzaría la fama.
Batalla de Trafalgar
La escuadra en la que se encontraba el "San Juan", se hizo a la vela el 13 de agosto, desde el puerto del Ferrol. El general Gravina, le designó como puesto de honor, ser el cabeza de la vanguardia de su escuadra de observación. Como siempre, realizó la misión con los mejores merecimientos y a su llegada a Cádiz, redobló sus esfuerzos en conseguir a base de instrucción, el adiestrar magistralmente a toda su tripulación.
En medio de estas múltiples faenas de su carrera, un día casó con Doña María de los Dolores Ruiz de Apodaca, hija de don Vicente, brigadier que fue de la Armada y sobrina carnal del capitán general conde del Venadito.
Reunidas las escuadra española y francesa, en el puerto de Cádiz, se hicieron a la mar desde éste con rumbo a la Martinica, donde se apoderaron del fuerte y del peñón del Diamante y apresaron a un convoy británico de quince velas; en esos momentos fue informado Villeneuve de la presencia de Nelson en las Antillas. Por lo que Villeneuve, al saber de su presencia, dio por hecho que había conseguido su objetivo, que no era otro que el atraer a la otra orilla del Atlántico a fuerzas navales británicas, por lo que ya habrían menos en Europa, así que decidió el regresar.
Pero en el cabo de Finisterre se encontró con la escuadra del almirante Calder, con la que se entabló combate y, siendo derrotados los españoles, por la desidia y mal gobierno del comandante en jefe de la escuadra combinada, Villeneuve. Al enterarse el Emperador de los franceses, de lo acaecido en el combate dijo: Los españoles se han portado como leones, pero de su almirante sólo se le oyeron improperios.
La escuadra combinada entró en el Ferrol, después del combate, dirigiéndose a continuación a La Coruña. Desde éste puerto pusieron rumbo a Cádiz, desoyendo la orden tajante de Napoleón de ir a Brest, pero como estaba la escuadra del Canal británica y ya sabía como se las gastaba, puso rumbo al Sur en vez de al Norte. Pese a la opinión contraria de Churruca, Gravina y Alcalá-Galiano, Villeneuve abandonó la Bahía de Cádiz para dar alcance a Nelson a la altura del Cabo Trafalgar el 21 de octubre de 1805. Tamaña imprudencia tuvo como motivo el deseo de Villeneuve de recuperar el favor de Napoleón, tras la derrota en Abukir frente al mismo almirante inglés, que también moriría en Trafalgar. Cosme Damián Churruca deja por escrito, en un documento privado, su oposición a la salida de la flota combinada en los momentos previos a dar la vela. Además, manifiesta su malestar por la escasa ayuda prestada por los franceses en el combate de Finisterre, que tuvo lugar unos meses antes de Trafalgar, y su temor a que esta situación se repita:
No apruebo la salida de la escuadra combinada porque está muy avanzada la estación y los barómetros anuncian mal tiempo: no tardaremos en tener vendaval duro, y por mi parte creo que la escuadra combinada haría mejor la guerra a los ingleses fondeada en Cádiz; que presentando una batalla decisiva. Ellos tienen con qué reponer las naves que les destrocemos en un combate; pero ni España ni Francia cuentan con los recursos marítimos de guerra que posee la Inglaterra. Además, el reciente combate sobre el cabo de Finisterre ha hecho ver que la escuadra francesa es espectadora pasiva de las desgracias de la nuestra; sus buques han visto que nos apresaron los navíos "San Rafael" y "Firme", y no hicieron ningún movimiento para represarlos, no pudiendo hacerlo los nuestros por las muchas averías que sufrieron de resultas del encuentro, y me temo mucho que en la acción que vamos a tener suceda otro tanto.
Antes de hacerse a la mar el 20 de octubre, escribió a su hermano una carta diciéndole:
Navío San Juan, en Cádiz, a 11 de octubre.
Querido hermano: desde que salimos de Ferrol no pagan a nadie ni aun las asignaciones, a pesar de estar declaradas en la clase del prest del soldado, de manera que se les debe ya quatro meses y no tienen ni esperanza de ver un real en mucho tiempo; aquí nos deben también 4 meses de sueldo y no nos dan un ochavo, sin embargo de que nos hacer echar los bofes trabajando: con lo que no puedo menos de agradecer mucho el que hayas libertado a Dolores de los apuros en que se andaría para pagarte los 1.356 reales que te los libraré yo luego que pueda; entretanto, he encontrado en el Ferrol a un amigo rico que socorrerá a Dolores con quanto necesite, y quedo tranquilo con haver asegurado ya su subsistencia decentemente. Estos son los trabajos de los que servimos al Rey, que en ningún grado podemos contar sobre nuestros sueldos (...) Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto.
Amaneció el infausto día veintiuno de octubre, estando a la vista del enemigo, mando clavar la bandera y sólo se arrió a su muerte. En el transcurso de este combate naval se puso en práctica por la escuadra inglesa el sistema de banderas, así como una maniobra llamada T cruzada que hoy se estudia como clásica en todas las academias navales. Al mando del "San Juan Nepomuceno", sólo frente a seis buques ingleses, Churruca dio muestras de precisión en el tiro, arrojo y eficacia, pese a lo cual, tras ser alcanzado por una bala de cañón que le voló la pierna, falleció ante la admiración de sus enemigos.
Su navío fue remolcado a Gibraltar, siendo uno de los pocos que pudieron enseñar los británicos como trofeo del combate. Durante muchos años lo conservaron, manteniendo la cámara del comandante cerrada y con una lapida en que se leía el nombre de Churruca en letras de oro y si algún visitante pretendía entrar, se le advertía que se descubriera para poderlo hacer, como si aún estuviera presente don Cosme Damián Churruca y Elorza, brigadier de la Real Armada Española, muerto a bordo del navío de su mando, el dos baterías y 74 cañones "San Juan" Nepomuceno.
Fue nombrado Almirante a título póstumo, y en su recuerdo su sobrino recibió el título de Conde de Churruca. Los hechos de los que fue protagonista, así como su propia figura, fueron novelados por Benito Pérez Galdós en Trafalgar, primer título de sus Episodios Nacionales.
En su villa natal de Motrico se alza una estatua a su memoria, así como en Ferrol, donde un sencillo monumento recuerda su paso por la Academia y en San Fernando (Cádiz), donde la lápida colocada en la tercera capilla Oeste del Panteón de Marino Ilustres, cuya leyenda es como sigue:
A la memoria
del Brigadier de la Armada
Don Cosme Damián de Churruca
Muerto gloriosamente sobre el navío de su mando
<<San Juan Nepomuceno>> en el combate de Trafalgar
El 21 de octubre de 1805.
Cosme Damián Churruca y Elorza (Motrico, España; 27 de septiembre de 1761 - Batalla de Trafalgar, 21 de octubre de 1805), científico y marino español, alcalde de Motrico.
Datos biográficos y familiares
Cuarto hijo del matrimonio formado por Don Francisco de Churruca e Iriondo, Alcalde de Motrico y Doña María Teresa de Elorza e Iturriza, y hermano menor de Julián Baldomero Churruca, héroe de la Guerra de la Independencia. Nació en la casa solariega construida años antes por Antonio de Gaztañeta, pariente suyo, cuyos recuerdos náuticos despertaron tempranamente la vocación de Cosme de Churruca por el mar.
Cursó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de Burgos, pensando en un primer momento en ordenarse sacerdote, idea que descartaría por la presencia de un joven oficial de Marina, sobrino del arzobispo de Burgos. Bastó ese contacto para que se despertara en él su pasión por la mar. A continuación ingresó en la Escuela de Vergara, que poco más tarde daría origen al Real Seminario de Vergara y que fue fundado por la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, de la que sería miembro hasta su muerte.
Casó en 1805, unos meses antes de su muerte, con doña María Dolores Ruíz de Apodaca, sobrina de Juan Ruíz de Apodaca, futuro Virrey de México y Capitán General de la Armada española.
Vida científica y militar
Concluidos sus estudios, volvió a casa de sus padres en solicitud de su venia para emprender la vida del marino. El 15 de junio de 1776 ingresó en la Academia de Cádiz como guardiamarina, a la temprana edad de quince años, graduándose en la Academia de Ferrol en 1778, donde había adquirido ya fama como astrónomo y estudioso de geografía. Su ascenso a alférez de fragata fue el premio sus brillantes estudios, sobresaliendo entre todos sus compañeros.
En el mes de octubre del año 1778 pone el pie por primera vez sobre la cubierta de un navío, el "San Vicente", al mando del bailío don Francisco Gil y Lemus. Esta primera campaña, muy borrascosa, puso en evidencia el arrojo de Churruca frente a los peligros y su aptitud para aminorar los riesgos mediante el estudio de las maniobras. Al ser relevado el general Arce, que estaba al mando de la escuadra, fue sustituido por el teniente general Ponce de León, quién lo escogió como ayudante personal y a sus directas órdenes. Tuvo su primera misión militar en el asedio a la Gran Bretaña por parte de la escuadra combinada franco-española situada en Brest.
Posteriormente estuvo en el asedio de Gibraltar de 1781, pasando el 13 de diciembre de 1781 a bordo de la fragata Santa Bárbara, comandada por Don Ignacio de Álava. En este sitio se distinguió del modo más brillante, acudiendo intrépido a apagar el incendio de las flotantes, por el empleo de los británicos de las balas rojas y llevando socorro, con el bote de la fragata, a las tripulaciones de los buques incendiados, entre un diluvio de metralla que despedían las baterías de la plaza y las explosiones no menos peligrosas de la baterías que ardían.
Al terminar la guerra en 1783, la fragata "Santa Bárbara", fue enviada a Montevideo, pero él guiado de su instinto, vigilaba la derrota al detalle, pudiendo advertir a tiempo un grave error en los cálculos del piloto, por lo que reaccionando a tiempo evitó el naufragio del buque. Cuando la paz firmada en el año de 1783 suspendió la lucha, acudió al estudio que forma al marino. Solicitó y obtuvo el ingreso en la academia de Ferrol, para cursar estudios de Matemáticas, en 1783. Para poder admitirle, a pesar de no haber vacantes, se le añadió el cargo de ayudante de guardiamarinas.
Al año siguiente sustituía a los profesores de varias clases y siguiendo en esa vida laboriosa, en 1787 dio el primer ejemplo de un examen público en las aulas de la institución sobre matemáticas, mecánica y astronomía, granjeándose la admiración del numeroso auditorio.
Habiendo determinado el gobierno que, el capitán de navío don Antonio de Córdoba continuase sus exploraciones del estrecho de Magallanes, en 1788, éste pidió a don Cosme, ya teniente de navío, que le acompañase, formando la expedición los paquebotes "Santa Casilda" y "Santa Eulalia", quedando Churruca encargado de la parte astronómica y geográfica.
Junto con su compañero de armas y estudios Ciriaco Ceballos, hizo un trabajo completo de reconocimiento del estrecho en dirección al océano Pacífico, descubriendo una ruta alternativa al Estrecho, así como una ensenada que lleva su nombre. Escribió un importantísimo trabajo sobre el viaje y paso del estrecho titulado Apéndice al Primer Viaje de Magallanes, dado a la luz en Madrid en 1795. Grandes fueron los peligros, incesantes las penalidades de aquellas investigaciones, en mares en que reina casi de continuo el vendaval. Estas penalidades acabaron con su salud, y cayó gravemente enfermo, sintiendo amagos de escorbuto, que por fortuna no fueron a más.
En 1789 es agregado al Observatorio de la Marina en San Fernando; si bien aún convaleciente, se entrega a estudios que no contribuían de seguro a su restablecimiento. Al año es llamado a ser ayudante del mayor general de la escuadra al mando del marqués del Socorro; hace la campaña y vuelve a su puesto. La continua tensión de sus incansables trabajos intelectuales, acababa con una salud nunca bien restablecida; hubo que pensar seriamente en un descanso indispensable.
En el año de 1791, convencido por sus amigos, pasó a respirar el aire balsámico de las montañas de Guipúzcoa y consiguió el completo restablecimiento de su quebrantada salud. Tras un breve espacio de tiempo en su Motrico natal, es llamado por Don José de Mazarredo para, como capitán de fragata, dirigir una expedición geográfica a América del Sur (1792-95), formada por dos secciones, una de las cuales debía recorrer las islas y costas del golfo mejicano y la otra el resto de las del continente, con el fin de formar el atlas marítimo de la América septentrional.
Se embarcó en Cádiz el 17 de junio de 1792 y dio la vela en ese día con su grupo, compuesto de los bergantines "Descubridor" y "Vigilante". Dos años y cuatro meses duró la expedición, contrariada por todos los incidentes ordinarios, a los cuales vino a sumarse la guerra marítima con la República Francesa. Levantó cartas de las Antillas y de las islas de Sotavento, y defendió las posesiones españolas en el Caribe en la batalla de Martinica, así como las rutas del comercio de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, de la que era socio partícipe. Tan dura campaña no se realizó sin grave menoscabo de su salud, poco robusta. Se embarcó en La Habana y regresó a España en el navío "Conquistador", el mando del cual se le dio al llegar a Cádiz junto con su ascenso a capitán de navío (1798). El navío se hallaba en el más lastimoso estado, tanto con respecto al armamento como a su tripulación, pero en poco tiempo hizo del navío a su mando un modelo en todos los sentidos.
Su mala salud no le permitió concluir la historia de su expedición y esa misma causa hizo postergar la publicación de las treinta y cuatro cartas esféricas y mapas geométricos y ésta es la hora en que no se han publicado todavía, más que una pequeña parte de ellas. Hata 1802 no publicó la carta esférica de las Antillas, y la particular geométrica de Puerto Rico salió poco después.
De nuevo en Cádiz, se le confía el mando del "Conquistador" para defender las posiciones de los aliados franceses en el Canal de la Mancha. Pasó con el navío y la escuadra de que formaba parte, de Cádiz a Brest, donde fondeó el 9 de agosto de 1799. Allí escribió una instrucción militar, que imprimió y repartió a sus compañeros; sirvió admirablemente a su propósito de establecer en la Armada una más completa y severa disciplina.
Siempre ocupado por mejorar cuanto se relacionara con la Marina, empleó su permanencia en Brest perfeccionando y simplificando las maniobras de atraque y carenado; cuando recibió del gobierno el encargo de ir a París con una misión científica. El primer cónsul Bonaparte, para quien todo mérito sobresaliente era un atractivo, conocía la fama del sabio español, quiso verle y le acogió con las mayores demostraciones de aprecio.
Su estancia en la capital francesa debió dejar en el alma de Churruca recuerdos muy gratos; para que nada le faltase, habiéndose publicado en Madrid por aquellos tiempos su carta esférica de las Antillas, adoptada por el gobierno francés junto con las demás que publicó, mando el gobierno presentar un ejemplar a Churruca por el conducto del prefecto marítimo, como un regalo y un homenaje rendido a su saber. Añadió el primer cónsul un sable de honor, la prenda de respeto más estimble.
Si a estas demostraciones honoríficas añadimos la distinción pública que le dispensó el general Gravina, comandante de la escuadra, saliendo a recibir al comandante del "Conquistador", cuando regresó desde París a Brest, acto público que decía a toda la población el alto aprecio en que el general en jefe tenía a uno de sus subordinados, parecía que nada faltaba para la completa satisfacción de éste. Sin embargo, hecha la paz, el gobierno español hubo de ceder a Francia seis navíos de línea, entre ellos el "Conquistador", cesión que Churruca desaprobaba sin rebozo.
Separado de su navío, volvió a Cádiz como pasajero en el navío "Concepción"; llegó el 25 de mayo de 1802. Obtuvo una licencia para descansar de sus laboriosas tareas, y aprovechó ésta repartiendo su tiempo entre dar una vuelta por su pueblo y un viaje al mediodía francés. En Motrico de hacerse cargo de la administración de la villa tras la muerte de su padre.
En noviembre de 1803 se le dio el mando del navío Príncipe de Asturias. Los cuidados del mando y de la organización de su navío no fueron obstáculo para que revisase, en compañía de don Antonio Escaño, el Diccionario de Marina. El gobierno le encargó también de hacer experiencias de puntería; como resultado redactó un tratado de puntería para la Armada, que en España y en el extranjero ha servido mucho tiempo de guía.
Apenas había acabado de reorganizar el Principe cuando pidió el mando del navío San Juan Nepomuceno, carenado de nuevo. El gobierno accedió a la demanda, añadiendo a la concesión la facultad de arreglar el repartimiento interior y su armamento sin sujeción a reglamento alguno. A bordo de este navío participaría en la Batalla de Trafalgar, donde moriría y alcanzaría la fama.
Batalla de Trafalgar
La escuadra en la que se encontraba el "San Juan", se hizo a la vela el 13 de agosto, desde el puerto del Ferrol. El general Gravina, le designó como puesto de honor, ser el cabeza de la vanguardia de su escuadra de observación. Como siempre, realizó la misión con los mejores merecimientos y a su llegada a Cádiz, redobló sus esfuerzos en conseguir a base de instrucción, el adiestrar magistralmente a toda su tripulación.
En medio de estas múltiples faenas de su carrera, un día casó con Doña María de los Dolores Ruiz de Apodaca, hija de don Vicente, brigadier que fue de la Armada y sobrina carnal del capitán general conde del Venadito.
Reunidas las escuadra española y francesa, en el puerto de Cádiz, se hicieron a la mar desde éste con rumbo a la Martinica, donde se apoderaron del fuerte y del peñón del Diamante y apresaron a un convoy británico de quince velas; en esos momentos fue informado Villeneuve de la presencia de Nelson en las Antillas. Por lo que Villeneuve, al saber de su presencia, dio por hecho que había conseguido su objetivo, que no era otro que el atraer a la otra orilla del Atlántico a fuerzas navales británicas, por lo que ya habrían menos en Europa, así que decidió el regresar.
Pero en el cabo de Finisterre se encontró con la escuadra del almirante Calder, con la que se entabló combate y, siendo derrotados los españoles, por la desidia y mal gobierno del comandante en jefe de la escuadra combinada, Villeneuve. Al enterarse el Emperador de los franceses, de lo acaecido en el combate dijo: Los españoles se han portado como leones, pero de su almirante sólo se le oyeron improperios.
La escuadra combinada entró en el Ferrol, después del combate, dirigiéndose a continuación a La Coruña. Desde éste puerto pusieron rumbo a Cádiz, desoyendo la orden tajante de Napoleón de ir a Brest, pero como estaba la escuadra del Canal británica y ya sabía como se las gastaba, puso rumbo al Sur en vez de al Norte. Pese a la opinión contraria de Churruca, Gravina y Alcalá-Galiano, Villeneuve abandonó la Bahía de Cádiz para dar alcance a Nelson a la altura del Cabo Trafalgar el 21 de octubre de 1805. Tamaña imprudencia tuvo como motivo el deseo de Villeneuve de recuperar el favor de Napoleón, tras la derrota en Abukir frente al mismo almirante inglés, que también moriría en Trafalgar. Cosme Damián Churruca deja por escrito, en un documento privado, su oposición a la salida de la flota combinada en los momentos previos a dar la vela. Además, manifiesta su malestar por la escasa ayuda prestada por los franceses en el combate de Finisterre, que tuvo lugar unos meses antes de Trafalgar, y su temor a que esta situación se repita:
No apruebo la salida de la escuadra combinada porque está muy avanzada la estación y los barómetros anuncian mal tiempo: no tardaremos en tener vendaval duro, y por mi parte creo que la escuadra combinada haría mejor la guerra a los ingleses fondeada en Cádiz; que presentando una batalla decisiva. Ellos tienen con qué reponer las naves que les destrocemos en un combate; pero ni España ni Francia cuentan con los recursos marítimos de guerra que posee la Inglaterra. Además, el reciente combate sobre el cabo de Finisterre ha hecho ver que la escuadra francesa es espectadora pasiva de las desgracias de la nuestra; sus buques han visto que nos apresaron los navíos "San Rafael" y "Firme", y no hicieron ningún movimiento para represarlos, no pudiendo hacerlo los nuestros por las muchas averías que sufrieron de resultas del encuentro, y me temo mucho que en la acción que vamos a tener suceda otro tanto.
Antes de hacerse a la mar el 20 de octubre, escribió a su hermano una carta diciéndole:
Navío San Juan, en Cádiz, a 11 de octubre.
Querido hermano: desde que salimos de Ferrol no pagan a nadie ni aun las asignaciones, a pesar de estar declaradas en la clase del prest del soldado, de manera que se les debe ya quatro meses y no tienen ni esperanza de ver un real en mucho tiempo; aquí nos deben también 4 meses de sueldo y no nos dan un ochavo, sin embargo de que nos hacer echar los bofes trabajando: con lo que no puedo menos de agradecer mucho el que hayas libertado a Dolores de los apuros en que se andaría para pagarte los 1.356 reales que te los libraré yo luego que pueda; entretanto, he encontrado en el Ferrol a un amigo rico que socorrerá a Dolores con quanto necesite, y quedo tranquilo con haver asegurado ya su subsistencia decentemente. Estos son los trabajos de los que servimos al Rey, que en ningún grado podemos contar sobre nuestros sueldos (...) Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto.
Amaneció el infausto día veintiuno de octubre, estando a la vista del enemigo, mando clavar la bandera y sólo se arrió a su muerte. En el transcurso de este combate naval se puso en práctica por la escuadra inglesa el sistema de banderas, así como una maniobra llamada T cruzada que hoy se estudia como clásica en todas las academias navales. Al mando del "San Juan Nepomuceno", sólo frente a seis buques ingleses, Churruca dio muestras de precisión en el tiro, arrojo y eficacia, pese a lo cual, tras ser alcanzado por una bala de cañón que le voló la pierna, falleció ante la admiración de sus enemigos.
Su navío fue remolcado a Gibraltar, siendo uno de los pocos que pudieron enseñar los británicos como trofeo del combate. Durante muchos años lo conservaron, manteniendo la cámara del comandante cerrada y con una lapida en que se leía el nombre de Churruca en letras de oro y si algún visitante pretendía entrar, se le advertía que se descubriera para poderlo hacer, como si aún estuviera presente don Cosme Damián Churruca y Elorza, brigadier de la Real Armada Española, muerto a bordo del navío de su mando, el dos baterías y 74 cañones "San Juan" Nepomuceno.
Fue nombrado Almirante a título póstumo, y en su recuerdo su sobrino recibió el título de Conde de Churruca. Los hechos de los que fue protagonista, así como su propia figura, fueron novelados por Benito Pérez Galdós en Trafalgar, primer título de sus Episodios Nacionales.
En su villa natal de Motrico se alza una estatua a su memoria, así como en Ferrol, donde un sencillo monumento recuerda su paso por la Academia y en San Fernando (Cádiz), donde la lápida colocada en la tercera capilla Oeste del Panteón de Marino Ilustres, cuya leyenda es como sigue:
A la memoria
del Brigadier de la Armada
Don Cosme Damián de Churruca
Muerto gloriosamente sobre el navío de su mando
<<San Juan Nepomuceno>> en el combate de Trafalgar
El 21 de octubre de 1805.
Javi (aka Naryldor)
"La cosa más bella que podemos experimentar es el misterio. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos"
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#875
Pues hombre, van a ser los escritores latinoamericanos Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa en sus años casi mozos
Saludos
Edito: Creo que pongo ya, ¿no?:

creo que es fácil, sobre todo para los más añosos y/o rockerillos
Por cierto, ¡vaya cara más difícil que tiene el colega!
Suerte
Saludos
Edito: Creo que pongo ya, ¿no?:

creo que es fácil, sobre todo para los más añosos y/o rockerillos
Por cierto, ¡vaya cara más difícil que tiene el colega!
Suerte
Socio Mutua motera nº 9792