Trabajo en una estación de servicio y es habitual que los moteros no sepan la cantidad exacta que quieren echar al depósito, por lo que solemos "abrir" el surtidor para que pongan y luego pasen por caja. Es un acto de fe que normalmente no entraña ningún mal recuerdo... pero cuando pasa, suelen ser motos.
Y es algo que me toca muy de cerca, y que me ha pasado hoy.
Llega una R nosequé color amarillo, y desde el surtidor me solicita que le abra para llenar (basta coger la manguera para que suene un pitido en caja). Una vocecita dentro de mi me recomienda cautela, pero por bueno o por tonto, decido darle via libre. Pone quince eurillos, hace como que se dispone a estacionar la moto a un lado y en un momento, acelerón y fuga.
¿Qué supone esto?
Primero, el cabreo monumental de un servidor que en parte se siente traicionado. Segundo y menos importante, esos quince euros se me descontarán de mi próxima nómina... sí, es algo que quizá no se imagine quien lo hace, que se limita a pensar que está fastidiando a un empresario gordo y adinerado. La realidad es que (sea legal o no, la realidad es la que es) esas cosas corren de la cuenta del cajero responsable de la operación. Tengo compañeros que han pagado ochenta euros de un depósito lleno a la fuga.
El tema de las denuncias ya viene aparte... a veces se puede y a veces no.
Sé que todos en este foro somos unos caballeros y no hacemos esas cosas

Y ya ta, me siento mucho mejor.

Gavilán